Los convenios y el II Acuerdo General aún no aparecen en el BOE
El II Acuerdo General Laboral se firmó el 12 de noviembre de 2010, entre los sindicatos CCOO y UGT, de un lado y las asociaciones de transportistas CETM y CEOT, por otro. Sin embargo, no ha sido hasta el pasado 5 de julio cuando se ha logrado desbloquear los problemas que existían para llegar a un consenso definitivo entre las partes y la Dirección General de Trabajo. No obstante, todavía no se ha publicado en el BOE, por lo que aún no es efectivo.
Un retraso inexplicable
Ante esta situación cabe preguntarse, en primer lugar, por qué no se ha publicado en el BOE, después de ocho meses de “impasse” y, además, de qué forma ha afectado a la negociación colectiva que se está llevando a cabo en estos momentos.
Por lo que respecta a la primera pregunta, cabe señalar que no podrá ser registrado, mientras no se modifique el Real Decreto1561 del año 95, sobre jornadas especiales de trabajo, ya que el II Acuerdo es contrario –en determinados puntos- a la Directiva europea sobre Tiempos de Trabajo.
En su día se habló con la Dirección General de Trabajo, quien se comprometió a solucionar el asunto, señalando que no deberían existir problemas en realizar los cambios oportunos, siempre y cuando sindicatos y patronal estuvieran de acuerdo en la redacción final.
Cambios en la Dirección General
Las dos partes se pusieron a la labor, consiguiendo llegar a un consenso, pero en este interín se produjo un cambio de director general en la D.G. de Trabajo.
Puestos al habla con el nuevo responsable, ambas partes se encuentran con un cambio de criterio: se les pide un informe con los puntos correspondientes a las modificaciones realizadas, citándoles para el mes de febrero del año en curso.
El nuevo director solicita entonces a las partes que ajusten la redacción concretamente en los apartados que van en contra del Real Decreto citado, a fin de modificar únicamente éstos y no otros. Después de las consultas pertinentes entre sindicatos y patronal (tres meses más), se remite el documento dfinitivo a Trabajo, quien tarda un mes más en contestar, dando su conformidad y desbloqueando la situación el pasado 5 de julio.
Ahora ya solo falta que se publique en el BOE (se espera que esté listo antes de octubre), para que pueda ser registrado y aplicado.
La negociación colectiva se resiente
Esta serie de vicisitudes han influido de forma negativa en la negociación colectiva sectorial de este año, que se está desarrollando de forma anómala, puesto que no son pocos los convenios en los que ni siquiera se han constituido las mesas de negociación, un hecho absurdo a estas alturas del año.
En otros casos se han abandonado las negociaciones y los que se han firmado son de poca entidad.
¿Los motivos?
En primer lugar, muchos convenios han paralizado las negociaciones, a la espera de ver qué pasa con el II Acuerdo Laboral; si se publica o no, porque les afectaría.
En segundo término tenemos la famosa reforma de la negociación colectiva, en la que el Gobierno y los interlocutores sociales han empleado muchos meses en la negociación de su modificación.
Nos consta que en no pocas provincias se ha estado esperando igualmente a los resultados de esta negociación, que ya ha sido publicada, pero no así la Ley que convalidará el Real Decreto que sacó el Gobierno, porque necesita el visto bueno del Congreso de los Diputados. Hecho que probablemente tendrá lugar en el transcurso de este mes.
Por último, de todos es sabido que los representantes empresariales han adoptado una posición de firmeza, de dureza en la negociación, adecuada a los tiempos que corren.
Tradicionalmente se han firmado los convenios colectivos con mucha “alegría” y con incrementos muy altos. Ahora los sindicatos no han cambiado la “tecla” y en muchas negociaciones siguen planteando incrementos salariales excesivamente elevados (desde el 4 hasta el 6 por 100), si tenemos en cuenta la delicada situación económica del país. Lo cierto es que en estos momentos nadie se atreve a firmar estas cantidades, se es más relista, porque se están produciendo cierres de empresas, los precios –sobre todo en el sector del transporte- no suben y los costes se incrementan.
Se está negociando con más realismo y pragmatismo. Si el coste social representa un 40% aproximadamente cómo vamos a firmar subidas tan importantes Esto ha tenido un peso decisivo y la mentalidad empresarial está cambiando al respecto.