Hace unos días, un centenar de agricultores franceses asaltaron a un grupo de camiones españoles y tiraron cerca de 30.000 litros de vino que llevaban en sus cisternas cerca del paso fronterizo de La Junquera, en Le Boulou. La mercancía procedía de Castilla-La Mancha, y los ataques se produjeron por las protestas de los viticultores por los precios del producto español, más bajos que los franceses.
El incidente, que se repitió hace semanas con un convoy murciano de frutas, ha obligado al Ministerio de Asuntos Exteriores a convocar al embajador francés en España, Yves Saint-Geours, a una reunión para manifestarle la protesta formal de España sobre el ataque a transportistas españoles. En el mundo diplomático, es el paso previo a la "llamada a consultas" o retirada temporal de embajador del país ofendido.
El Gobierno ha lamentado unos hechos "que se producen con demasiada periodicidad y que suponen una violación flagrante de varios principios básicos de la Unión Europea", como elTratado de Schengen, el que da libertad de circulación de mercancías y personas entre los Estados miembros.
España ha informado del incidente a la Unión Europea, ha hecho la protesta de manera oficial ante las autoridades francesas y ha pedido que se tomen las medidas oportunas para evitar que se repitan. De momento, Francia no se ha manifestado públicamente.
Según las organizaciones agrarias españolas, los viticultores franceses amenazaron a los transportistas españoles que atravesaron la frontera con los camiones. Sólo unos pocos pudieron continuar su trayecto, con el cargamento a medias y con pintadas de "cargamento ilegal" en las cisternas.
Los afectados: transportistas y agricultores españoles
La Unión de Pequeños Agricultores (UPA) ha denunciado que, hace dos meses, se repitió el suceso, pero con camiones de cítricos y frutas procedentes de Murcia: "Nosotros exportamos vinos, frutas y hortalizas a Francia y, a través de Francia, a otros países, igual que ellos introducen en España miles de litros de leche. Estamos en un mercado común".
Los agricultores españoles han denunciado la pasividad de los gendarmes franceses, ya que,durante los ataques, no intervinieron y dejaron actuar con total impunidad a los agricultores franceses.