El estudio La fiscalidad en el sector del transporte por carretera y su repercusión en la productividad empresarial y nacional, realizado por Teirlog Ingeniería por encargo del Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana, desvela -entre otras cuestiones- que “la cooperativa resulta favorable fiscalmente, por su sistema de tributación, en relación con otros perfiles empresariales”.
Tras analizar todos aquellos impuestos que afectan al sector -como el IRPF, el IVA, el Impuesto de Sociedades o el Impuesto Especial de Hidrocarburos, entre otros-, el trabajo evidencia además que “la persona física, en general, resulta más favorable que la jurídica para bajos beneficios”, una circunstancia que se debe al hecho de que “la escala de IRPF para beneficios reducidos es más favorable que el impuesto de sociedades”.
No obstante, en cuanto los beneficios comienzan a ser más cuantiosos resulta “más favorable” utilizar una persona jurídica, puesto que para estos casos el Impuesto de Sociedades es más beneficioso. Además, las empresas grandes suelen tener “mayores posibilidades de generar cifra de negocio y reducir costes a través de economías de escala”.
Por otra parte, “al autónomo le perjudica que su propia remuneración no sea considerada como un gasto deducible”, mientras que “las empresas pueden reducirse los sueldos y salarios de todos los trabajadores”.
El estudio elaborado por Teirlog Ingeniería destaca asimismo que “las empresas de transporte grandes tienen mayores posibilidades de realizar inversiones, pudiéndose en este caso verse favorecidas por las distintas deducciones existentes en el impuesto sobre sociedades, que incentivan la inversión y, por tanto, mejoran la productividad del sector, y favorecen su tributación por el Impuesto de Sociedades”.
Menos impuestos que en Europa
Aunque la carga fiscal parezca muy pesada para los protagonistas del sector, lo cierto es que “España se sitúa en el nivel bajo en cuanto a la fiscalidad en el transporte de mercancías”. Así, Marruecos,Turquía y Bulgaria son los países de Europa y su entorno que tienen una carga inferior, mientras que el resto de países del Viejo Continente, y muy especialmente de nuestro entorno, como Francia, Italia y Alemania “soportan niveles superiores” de impuestos.
Analizado en detalle, “la fiscalidad directa sobre el total tributado de las empresas españolas es superior a la soportada por otros países europeos”. Comparado con su entorno, especialmente elevado resulta el Impuesto de Sociedades, “lo que lastra el impacto de la fiscalidad de las empresas en nuestro país” y, por contra, “beneficia especialmente a los autónomos, puesto que pueden emplear el régimen de módulos a la hora de tributar”. La tributación social (Seguridad Social) es asimismo elevada, “por encima de la gran mayoría de los países analizados”, afirma el estudio.
Por el contrario, la tributación indirecta se sitúa por debajo de otros países, especialmente en lo que se refiere al “bajo valor relativo del impuesto de hidrocarburos”. No obstante, otros países con este impuesto más elevado “tienen un clima fiscal relativo menos competitivo”. Además, “el Impuesto sobre la Venta de Hidrocarburos es parte de la base a la que se aplica el IVA, incrementando el precio final a pagar por el consumidor por partida doble: a través del propio impuesto y a través del IVA en su tramo finalista”, destacan los autores del informe.