Sólo en fiscalidad específica, las empresas españolas de transporte de mercancías por carretera aportaron en 2012 un total de 7.244 millones de euros a las arcas del Estado. A ello hay que añadir los impuestos generales que se gravan a los contribuyentes, como el Impuesto de Sociedades, IRPF, el IVA, el Impuesto de Bienes Inmuebles, la Seguridad Social o el Impuesto de Actividades Económicas.
Un estudio realizado por la Fundación Francisco Corell, de la Asociación de Transporte Internacional por Carretera (Astic) revela que el sector del transporte de mercancías soporta una elevada presión fiscal, no sólo por la fiscalidad general, sino también por la específica. En el periodo 2005-2012, la presión fiscal para el transporte aumentó casi un 16%.
En fiscalidad específica, hay cuatro impuestos que los transportistas deben pagar cada año: el Impuesto General sobre Hidrocarburos, el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica, diversas tasas (ITV, revisión de tacógrafo y autorizaciones) y el Impuesto Especial sobre Determinados Medios de Transporte.
Sólo en el apartado "combustible", los usuarios pagan un 50% del precio del gasóleo en impuestos. En el estudio se refleja que todos lo impuestos específicos han aumentado desde 2005 hasta 2012, fecha de los últimos datos analizados.
Para los autores del estudio, en el periodo 2005-2012 se han perdido casi 119.000 empleos en el sector del transporte de mercancías por carretera, lo que supone un tercio del empleo directo de un sector muy intensivo en mano de obra.
En cuanto a los costes externos del transporte, se observa que el camión (54) está por debajo del vehículo particular (93) y por encima del autobús (43), el tren de viajeros (4), el avión de pasajeros (41) y el ferrocarril de mercancías (9).