Un 10% de los camiones que son desviados de forma obligatoria desde la N-II, en la provincia de Gerona, hasta la autopista de peaje AP-7, prefieren abonar el coste íntegro del peaje mediante el sistema de cobro manual, a pesar de que estos vehículos gozan de un descuento en el coste del peaje de hasta el 50% frente a la tarifa establecida. Se estima que unos 4.000 camiones diarios son obligados a abandonar la carretera convencional para atravesar los pórticos del peaje.
Fuentes del Ministerio de Fomento, que no ocultan su perplejidad por esta situación, comentan que la única explicación posible a esta sorprendente realidad debe tener que ver con el interés de esos transportistas en no ser sometidos a “ningún tipo de control” por parte de ningún organismo, ya sea éste público o privado.
La prohibición de circular para vehículos pesados en un tramo de 100 kilómetros de la N-II, los cuales deben tomar de forma obligatoria el tramo paralelo de la autopista de peaje AP-7, comenzó a aplicarse en abril de 2013 tras un acuerdo entre el Ministerio de Fomento y el Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat de Cataluña.
En este tramo de vía convencional el promedio de fallecidos en accidente de tráfico alcanzaba la cifra de 15 al año entre 2008 y 2012. Desde que se desvían los camiones al peaje ha habido tres muertos en dos años (1,5 al año frente a 15 en la situación anterior). La medida, además, no conlleva ningún coste para las Administraciones ya que la empresa concesionaria de la AP-7 ha compensado el descuento aplicado con el incremento en el tráfico de vehículos pesados.