El Sector de Carretera de la Federación de Servicios a la Ciudadanía (FSC) de CC.OO. denuncia que «las patronales del transporte por carretera, por decisión del Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC, formado exclusivamente por empresarios), insisten en que determinadas sanciones por infracciones sobre tiempos de conducción y descanso y uso del tacógrafo sean trasladadas a los conductores» por estimar que son «negligencias» de los mismos. Este argumento es el que van a plantear en el Congreso en el trámite de la Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres (LOTT), que se está debatiendo este mes.
En una nota de prensa difundida el pasado 14 de enero CC.OO. recuerda que son las empresas las responsables de hacer cumplir los tiempos de conducción y descanso y, por tanto, las responsables de las sanciones. «Los conductores tendrán que cumplir los horarios y la planificación de trabajo de la empresa, pero nunca podrán asumir sanciones de las mismas». Por ello, el Sector de Carretera de CC.OO. «exige que retiren inmediatamente esta propuesta, gestada a espaldas de los sindicatos, y que la responsabilidad siga recayendo en el empresario».
Para el citado sindicato esta pretensión «es absolutamente impresentable y de muy dudosa legalidad», y recuerda que ya ha provocado el rechazo del Ministerio de Fomento en la modificación de la LOTT. Asimismo, añade que los empresarios «siguen considerando el tacógrafo como un estorbo, y no un elemento fundamental de seguridad, y quieren infracciones pagadas por el trabajador». CC.OO. considera también que esta modificación «supondría reforzar ciertos abusos» y «hacer recaer sobre los conductores las posibles sanciones impuestas». Además, añade que «incluso son prácticas utilizadas con conductores inmigrantes y más desprotegidos, a las que pretenden darle un cauce legal».
CC.OO. aclara que la organización del trabajo es potestad exclusiva del empresario «y así se lo recuerdan a los sindicatos en la negociación de todos los convenios». Asimismo añade que los empresarios «pretenden hacer creer que el conductor actúa por su cuenta, que no quiere seguir las instrucciones del empresario y comete las infracciones en su propio beneficio», cuando el posible beneficiario de esos incumplimientos «es el empresario y, si fuera por negligencia del conductor, es porque la empresa no quiere asumir la formación necesaria sobre el uso del tacógrafo».