LaComisión Europeaha anunciado recientemente la adopción de lo que se ha dado en llamar Estrategia Europea sobre movilidad de bajas emisiones, un plan que, entre otros objetivos, pretende recortar las emisiones de dióxido de carbono de los vehículos industriales, que actualmente representan “un cuarto de las emisiones totales” que se producen en Europa.
Para reducir esa cantidad, Bruselas presentará en 2017 un proyecto para monitorizar la cantidad de gases contaminantes emitidos a la atmósfera por los vehículos industriales. Las furgonetas también serán objeto de control por parte de las autoridades comunitarias, tal y como ha explicado el comisario europeo de Acción por el Clima y Energía, Miguel Arias Cañete.
La estrategia presentada el miércoles por la Comisión Europea está encaminada a acelerar la transición hacia una economía baja en carbono, donde la movilidad está llamada a jugar un papel preponderante. En este sentido, Bruselas reclama a la industria que acelere los desarrollos tecnológicos que hagan posible la generalización del uso de vehículos de cero emisiones.
Aunque el Ejecutivo comunitario reconoce que es necesario mejorar el rendimiento de los motores de combustión interna, los dirigentes europeos no han perdido la ocasión de destacar la necesidad de “avanzar hacia la implantación de automóviles que emitan menos gases a la atmósfera o que directamente no expulsen sustancias contaminantes”.
Tras los sonados escándalos acontecidos en los últimos tiempos, la Comisión Europea ya ha propuesto e implementado diversas mejoras que permiten a las autoridades verificar las emisiones. La posibilidad de medir de forma adecuada los contaminantes “es una precondición necesaria para asegurar que los estándares tienen un impacto y que losconsumidores pueden confiar en ellos”.