Una elevada edad media del parque automovilístico de un país tiene repercusiones negativas, tanto desde el punto de vista del medio ambiente como de la seguridad vial. Así lo entiende Anfac, que calcula que los vehículos comerciales ligeros tienen una edad media de 12,5 años y los camiones, de 14 años.
La elevada edad media de los vehículos en España se traduce en que hay más de siete millones de automóviles de más de 10 años circulando por las carreteras. Según estimaciones de Anfac, si no se hacen políticas activas para renovar el paque, en el año 2026 circularán por España más de cuatro millones de vehículos con una edad media superior a los 20 años.
En 2017, la tasa de achatarramiento fue del 56%, lo que significa que por cada 100 nuevas matriculaciones se enviaron al desguace 56 vehículos viejos. Un porcentaje que creció hasta el 100% en periodos en que estaban en vigor planes de incentivo al achatarramiento de vehículos viejos por la compra de uno nuevo, como el PIVE o el PIMA Transporte.
Para Mario Armero, vicepresidente ejectutivo de Anfac, "contar con un parque tan envejecido tiene consecuencias poco deseables desde el punto de vista medioambiental y de la seguridad vial: más emisiones y menos sistemas de seguridad en los vehículos. La renovación debe ser entendida como una herramienta fundamental de la gestión inteligente de la movilidad sostenible, eficiente y segura. El binomio regulación-tecnología debe ser un pilar esencial para hacer frente al gran reto de la movilidad".
La tecnología que, en la actualidad, incorporan los vehículos de bajas emisiones Euro 6favorece la reducción de gases de efecto invernadero (CO2) y de emisiones contaminantes (NOx, CO y partículas), lo que contrarresta las consecuencias medioambientales más negativas asociadas al transporte. Un vehículo actual emite un tercio menos de CO2 y un 85% menos de NOx que uno de hace 10 años.