La logística y el transporte representan el 5,5% del PIB española, ocho décimas por debajo de la Unión Europea, que se sitúa en el 6,3%. En total, operan 24.000 empresas, que dan empleo a alrededor de 850.000 personas.
El territorio del país contará a final de año con 129 parques logísticos con 58 millones de metros cuadrados de superficie y de 28,5 millones de metros cuadrados de superficie edificable, por lo que “no hay un problema de disponibilidad de suelo urbanizable o industrial para constituir espacios logísticos, sino bien al contrario existe exceso de oferta”, tal y como ha señalado el subsecretario de Estado de Fomento, Mario Garcés.
Garcés ha reconocido que ha habido “una proliferación no ordenada y discrecional” de estos centros o plataformas que son tanto públicas como privadas o modelos mixtos de colaboración públicos-privados. El subsecretario de Estado ha apostado por ordenar “el exceso de oferta” y que pueda conectarse con la demanda actual.
En el ranking mundial, España ocupa el puesto 20 en enclaves o centros logísticos, una posición que Garcés no cree que sea la que le corresponde “según el grado de desarrollo” de España.
El transporte de mercancías por carretera representa el 85% del total, lo que supone “un grave desequilibrio modal”, puesto que deja al ferroviario “en residual en comparación con otros países”.
Dada la importancia del sector, Garcés ha anunciado que el Ministerio de Fomento dará a conocer en junio la Estrategia Nacional de Logística, “algo que no se había tenido hasta la fecha”. En ella se podrá ver “cuáles pueden ser los avances y el mapa de futuro de la logística”.
Garcés ha asegurado que existen tres aspectos “fundamentales” que tiene que caracterizar el desarrollo de esta estrategia. El primero de ellos es implantar un sistema de coordinación entre las propias de entidad de Fomento para que exista “una práctica cabal” y “un concierto adecuado” en toda la estructura de Fomento, “algo que hasta ahora no existía”.
El subsecretario ha indicado que no tiene sentido que en municipios limítrofes haya plataformas con suelo disponible y se sigan construyendo nuevos centros. Cree que algunos de los proyectos de enclaves deberían haberse quedado en el cajón porque “no tiene sentido seguir creando plataformas sin haber puesto algo de orden y sin explotar al máximo la oferta de suelo de las existentes”.
El segundo de los aspectos es la coordinación de la actuación de todas las administraciones con competencias. Las de materia de desarrollo industrial están en manos de las comunidades, mientras que las de planificación y desarrollo urbanístico en las de competencia local, por lo que es necesario trabajar con todas ellas desde Fomento. El último de ellos es la cooperación de todos los actores y operadores logísticos, que “son los que verdaderamente garantizan la virtualidad de este sistema”.
Ventajas competitivas y papel de Aragón
Garcés ha defendido también la posición geoestratégica “de primera magnitud” de España al ser “la puerta del Mediterráneo, África y Latinoamérica” y “el papel central” de la Comunidad.
Ha abogado por “sacar provecho, rendimiento y utilidad funcional” de los proyectos que se plantean en el Mediterráneo y en el Cantábrico porque cree que Aragón tiene capacidad suficiente para atraer la distribución comercial y el almacenamiento de bienes y servicios a través de conexiones ferroviarias y autovías y autopistas.
Garcés ha afirmado que la Comunidad debe mirar a los puertos, tanto secos como marítimos, porque la distribución de sus cargas se deben hacer en el territorio español y Aragón tiene una de las principales infraestructuras para ser “centro de almacenamiento, entrega y distribución”.