El comienzo de las negociaciones entre la Unión Europea y Gran Bretaña para que este país deje de forma parte de la organización, (“gracias y adiós”, ha llegado a decir el presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk) tiene lugar en un contexto, en lo referente al transporte de mercancías entre ambas zonas, marcado por una evidente evolución positiva en todos los parámetros.
Así, en 2016 un total 4,4 millones de conductores de vehículos de transporte de mercancías se movieron entre Reino Unido y Europa, de los que 1.641.638 fueron vehículos transportados vía Eurotunnel entre Gran Bretaña y el continente, lo que representó un incremento récord de más del 11% anual. Estas cifras han supuesto que un total de 25 millones de camiones hayan cruzado el Canal de La Mancha por el Eurotunnel desde su inauguración para el transporte de vehículos industriales, entre el puerto francés de Calais y el puerto británico de Dover, en 1994.
En cifras globales, Reino Unido es importador neto de bienes de la UE, ya que exportó 21.350.000 toneladas de mercancías por carretera a la UE, de la que importó 26.816.000 Toneladas (Eurostat 2015).
En cuanto al mercado español, cabe destacar que Reino Unido es el cuarto mercado en importancia en cuanto a exportaciones tras Francia, Alemania e Italia, con una cuantía de más de cerca de 19.000 millones de euros al año y creciendo sostenidamente desde hace varios años. En este sentido, las cifras del Informe de Comercio Exterior del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad de diciembre de 2016 vienen a reflejar que las exportaciones de España hacia el Reino Unido representan un 7,5% respecto al total de las ventas de nuestro país a nivel mundial, con un incremento del 5,1% interanual.
Por otro lado, las importaciones españolas provenientes del Reino Unido, que están en torno a los 13.000 millones de euros anuales, colocan al país británico como el sexto mercado proveedor para España, siendo un 4,1% del total de nuestras importaciones con un descenso del 11% en 2016.
La balanza comercial, en positivo y con una tendencia creciente desde 2010, indica la estrecha relación comercial que tienen Reino Unido y España. Además, en términos de inversión Reino Unido fue en 2015 el tercer país inversor en España, que supuso el 11,4% del total de inversiones recibidas en nuestro país.
Escenario de incertidumbre
Se abre ahora, sin embargo, una enorme incertidumbre sobre cómo va a afectar el Brexit a este sector tanto a nivel continental como muy especialmente a escala nacional, en pleno desarrollo del transporte internacional de mercancías por carretera por parte de empresas españolas.
Desde la Asociación de Transporte Internacional por Carretera, Astic, no dejan de reclamar que, de las negociaciones activadas por el Gobierno Británico, surja un acuerdo con la Unión Europea que garantice el libre tránsito de mercancías entre el continente europeo y la isla británica.
Las negociaciones pueden alargarse durante un periodo de más de dos años, deberán tener muy en cuenta el sector del transporte de mercancías y en particular, al modo carretera, ya que jugará un papel crucial en las negociaciones y las consecuencias prácticas para la economía dependerán del acuerdo que finalmente se alcance no sólo en cuanto a aduanas y aranceles, sino también en la aplicación de las muy variadas normativas sectoriales en cuanto a tiempos de conducción y descanso, pesos y dimensiones, acceso a la profesión y al mercado, aspectos medioambientales y de seguridad, etc, explican desde esta organización de transportistas.
Reino Unido forma parte en la actualidad de la Unión Aduanera por lo que no existen aduanas de importación o exportación entre los Estados miembro. Pero Astic solicita que en las negociaciones se incluyan unos nuevos regímenes de autorización aduanera y arancelaria que garanticen una ágil circulación de mercancías y de los vehículos que las transportan.
Ante este escenario, desde Astic se hace un llamamiento de “calma y vigilancia ante el proceso Brexit” ya que “comienza ahora un periodo de negociación e implantación que será largo y lo importante es que a su término se establezca un marco de convenios bilaterales que garanticen el fluido tránsito de mercancías con Reino Unido”, comenta su director general, Ramón Valdivia.
Si bien es cierto que el establecimiento de fronteras en puntos clave como son Calais o Gibraltar, puede alterar la rutina diaria de los transportistas, Valdivia comenta que “en términos sectoriales, sin ser lo más deseable, tampoco ha de representar un gran problema”. Desde la asociación se prevé que si se establece finalmente una frontera similar a la que existe actualmente en Algeciras entre Marruecos y Europa ello no “conlleve ninguna pérdida de competitividad y eficiencia en el desarrollo de nuestra actividad”.